¿Qué significa un proyecto “verde”?
Hace unos años, en una obra en Tulum, vi camiones con el aire acondicionado encendido por horas, materiales no reutilizables y montañas de residuos acumulados. Paradójicamente, el proyecto se anunciaba como “eco-friendly”. Fue entonces cuando me hice una pregunta clave: ¿Qué hace realmente que un proyecto sea verde?
Un proyecto verde no es solo paneles solares o jardines verticales. Es una visión integral de cómo concebimos, diseñamos, construimos y operamos un espacio considerando su impacto ambiental, social y económico a lo largo de toda su vida útil.
El greenwashing disfrazado de sustentabilidad
El término “verde” muchas veces se queda en marketing. Will Potter en Green Is the New Red advierte que cuando lo verde se convierte en moda, pierde sentido real.
En construcción esto se traduce en proyectos que usan bambú en una fachada, pero siguen desperdiciando agua o energía detrás de escena. La sustentabilidad no es estética: es estrategia.
El verdadero núcleo de un proyecto verde
La clave está en el ciclo de vida del proyecto: desde la selección del terreno hasta el consumo energético del edificio terminado.
Metodologías como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) o EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies) no solo son certificaciones: ofrecen marcos de referencia para reducir impacto en cada fase.
Edward Mazria en The Passive Solar Energy Book lo resume bien: no se trata de llenar las obras de tecnología cara, sino de pensar desde el diseño. Orientación solar, ventilación cruzada y materiales locales pueden reducir drásticamente el consumo sin inflar el presupuesto.
Lo verde también es económico
El World Green Building Council muestra que los proyectos verdes bien planificados reducen los costos operativos hasta en un 30%. Además:
- Aumentan el valor de reventa o renta.
- Reducen la huella de carbono.
- Mejoran la percepción de marca.
El secreto está en integrar criterios sostenibles desde el inicio, no como un añadido de último minuto.
Construir verde en México: entre el reto y la oportunidad
En la península de Yucatán, el turismo y la urbanización ejercen presión sobre los ecosistemas. Apostar por proyectos verdes no es moda: es necesidad frente a la escasez de agua, las olas de calor y la vulnerabilidad costera.
Ejemplos valiosos ya existen en México:
- Reutilización de aguas grises.
- Energías renovables integradas.
- Inclusión de comunidades locales en los procesos constructivos.
Pero aún falta camino por recorrer: debemos ir más allá de la fachada para impactar en la operación real del edificio.
¿Cómo empezar a construir verde?
La respuesta está en la colaboración temprana entre arquitectos, ingenieros, inversionistas y usuarios. Preguntas clave que deben guiar el diseño:
- ¿Cuánta energía consumirá este edificio en 10 años?
- ¿Qué pasará con los residuos de construcción?
- ¿Existen alternativas locales más sostenibles?
Como recordaba Buckminster Fuller: “No estamos aquí para usar la Tierra, estamos aquí para cuidarla.”
Confector: del greenwashing al greenbuilding
En Confector ayudamos a clientes e inversionistas a pasar de la intención a la transformación real. Integramos prácticas de construcción sustentable en México con enfoque en:
- Optimización de recursos.
- Selección de materiales de bajo impacto.
- Diseño bioclimático y eficiencia energética.
Supervisión y auditoría técnica bajo estándares internacionales